LONDRES

by Patricia Pizarro Munafó

Hay veces que los sueños se hacen realidad. Y otras veces vivimos cosas que ni siquiera habíamos soñado.
Así fue mi viaje a Londres… ¡¡¡casi Mágico!!!

Principalmente porque tuve la dicha de hacerlo con mis hijos y porque fue mi primer viaje a Europa.

Salir de la terminal y encontrarme frente a frente con las icónicas cabinas telefónicas, me parecía un sueño! No podía creer que estuviese ahí.

Nos hospedamos por AirBnB, muy recomendable. Así que desde allí empezamos a caminar hacia el alojamiento. Mis primeros pasos en Londres, de los que serían casi 20 km diarios para conocer esta hermosa ciudad.

Transitar esas calle, ver esos colectivos rojos doble cabina, no entender nada de lo que se hablaba a mi alrededor y yo allí, en esa gran ciudad amada por mi hijo y desde ese momento amada por mí también.

¡MARAVILLOSA CIUDAD! El mundo entero recorre sus calles. Por ahí escuche que “Lo más difícil en Londres es encontrar a un londinense entre tanta cultura mundial”

Hay que prepararse para caminar mucho. Todos los días, desde muy temprano y tratar de conocer lo más posible. Eso fue lo que se intentó. Recomiendo tomarse más tiempo y hacerlo más tranquilo. No se puede incorporar tanta belleza y tanta historia en tan poco tiempo. Hay que empaparse más de lo cotidiano. Disfrutarlo más.

Dejamos los bultos y emprendimos nuestro recorrido, caminando, no sabiendo para dónde mirar, sacando fotos a todo y a todos ¡No queriendo perderme nada!.

Y tanto caminar y caminar… ¡LLEGAMOS!

Estaba ahí, frente a mí, apareciendo casi como en un sueño: El Palacio de Buckingham.

Lo recuerdo y se me vuelven a llenar los ojos de lágrimas, se me eriza la piel como en aquella mañana de mayo de 2019. Amo todo lo relacionado a la Realeza. Mis hijos lo saben y veía en sus rostros la satisfacción de verme ahí.

Todo es mágico en Buckingham. Su calle principal, sus portones, la guardia… No se pierdan el cambio de guardia, un espectáculo aparte – tienen los días y horarios ya establecidos -.

¡¡¡Esos jardines!!! Que en realidad, después supe que no son los de Buckingham si no los del Palacio de Saint James.